La construcción modular, esa alternativa innovadora a la construcción tradicional, tiene una historia rica y fascinante que se remonta a mucho más atrás de lo que se podría imaginar.
Acompáñanos en un viaje a través del tiempo para descubrir cómo surgió este método de construcción, quiénes fueron sus pioneros y cómo los diferentes módulos prefabricados han evolucionado hasta convertirse en la opción eficiente y sostenible que conocemos hoy en día.
La chispa de la innovación: ¿Cómo surge la arquitectura modular?
La necesidad de construir de forma rápida, eficiente y económica ha sido una constante a lo largo de la historia de la humanidad. En este contexto, la construcción modular surge como una respuesta ingeniosa a este desafío.
Los primeros pasos: necesidad y pragmatismo
La prefabricación comienza en los siglos XVI y XVII, con la colonización de Gran Bretaña. Los componentes de construcción se fabricaban en Inglaterra y se enviaban a diversas colonias en todo el mundo.
- Las primeras de estas casas prefabricadas fueron enviadas a la aldea pesquera de Cape Anne (Massachusetts) en 1624. Durante el período de asentamiento en Australia a finales del siglo XVIII, se enviaron hospitales, almacenes y cabañas prefabricadas a Sídney; todas ellas eran estructuras sencillas con armazones de madera, techos, suelos y paredes de paneles de madera.
- La Casa Colonial Portátil Manning (Manning Cottage) fue la siguiente etapa en esta evolución de la vivienda prefabricada, desarrollada por el carpintero y constructor londinense H. John Manning. Este diseño representó una mejora con respecto a diseños anteriores de armazones y rellenos, ya que ofrecía facilidad de construcción. Manning se propuso crear una casa cómoda y fácil de construir para su hijo, quien emigraría a Australia en 1830. Este prototipo se convirtió en la primera casa prefabricada completamente documentada.
Esta vivienda prefabricada, fácil de transportar y ensamblar, sentó las bases para el desarrollo futuro de la construcción modular.
Así era la Maning Cottage
Se trataba de un sistema prefabricado de madera y paneles compuesto por postes acanalados, placas de suelo y armaduras trianguladas que formaban el tejado inclinado. El sistema era estandarizado e intercambiable, con paneles que encajaban entre los postes acanalados.
Estos postes se sujetaban a una placa continua en vigas. Los postes sostenían una placa de pared con armaduras trianguladas respaldadas, con revestimiento de paneles de madera. La casa estaba diseñada para ser móvil y fácilmente transportable.
«Dado que ninguna de las piezas pesa más de lo que un hombre o un niño podría llevar fácilmente durante varias millas, podría ser transportada incluso a larga distancia sin la ayuda de ningún animal de carga«.
A lo largo del siglo XIX, la construcción modular se consolidó en Estados Unidos gracias a su rapidez y bajo costo. La industrialización y la producción en serie permitieron la fabricación de módulos a gran escala, abaratando costes y acelerando el proceso de construcción.
Se estima que cerca del 80% de las viviendas en el país se construían con este método durante este período.
La construcción modular en el siglo XX: expansión y diversificación
La Segunda Guerra Mundial también impulsó el desarrollo de la construcción modular, ya que se necesitaba construir viviendas rápidamente para los soldados que regresaban del frente. Surgieron empresas como Sears Roebuck & Co., que se sumaron al esfuerzo produciendo casas prefabricadas en masa.
Tras la guerra, la construcción modular se diversificó, expandiéndose a otros sectores como la educación, la salud y la industria. Las ventajas de la construcción modular permitió crear una amplia gama de estructuras, desde aulas y hospitales hasta oficinas y fábricas.
La construcción modular en el siglo XXI: innovación y sostenibilidad
En el siglo XXI, la construcción modular ha experimentado un resurgimiento gracias a los avances tecnológicos y la creciente preocupación por la sostenibilidad. Los nuevos materiales y técnicas de construcción permiten crear módulos más eficientes, duraderos y respetuosos con el medio ambiente.
La construcción modular no solo es una técnica de construcción, sino también una filosofía. Se basa en la idea de que los edificios pueden ser concebidos como un conjunto de módulos que se pueden combinar y ensamblar de diferentes maneras.
Esta flexibilidad permite crear espacios personalizados que se adaptan a las necesidades específicas de cada usuario.
Sin duda, la construcción modular tiene un futuro brillante por delante. Ha dejado de ser una alternativa para convertirse en una protagonista del sector, con ejemplos que demuestran su versatilidad, eficiencia y capacidad para dar respuesta a las necesidades del siglo XXI.
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